Dirección
Peter Brook, director de Teatro, habla de hacer Teatro como un instante de ilusión compartida. Qué sería del Hecho Teatral sin una buena dirección. Disciplina que llevo transitando unos años y que me ayuda en mi tarea interpretativa, y a la inversa. Interpretación y Dirección, dos disciplinas que tengo la suerte de desempeñar y que se enriquecen mutuamente. Una me hace entender y mejorar la otra.
No tengo respuesta a qué prefiero, si dirigir o interpretar. Son ambas tareas tan bellas, tan creativas, se retroalimentan tanto, que tener que elegir sería como amputarme un miembro.





La Dirección me hace crear cada segundo. Cada instante. Es apasionante entregarse al Misterio (ese que referencia siempre Eusebio Calonge, dramaturgo de La Zaranda), y apasionante es que, tras ensayos, improvisaciones, rectificaciones y horas de trabajo de mesa, vayan naciendo sobre las tablas y encarnados por actores y actrices hechos teatrales que sí funcionan.
Con respecto a la actriz, al actor, la tarea de dirección consiste en observarlo y descubrir su potencia, su cualidad singular, para explorarla y hacer de esa cualidad una danza que haga nacer un personaje. Personaje dentro de un montaje concreto.
Con los años puedo afirmar, sin ninguna duda ni atisbo de vergüenza por quizá parecer cursi, que dirigir es un gran acto de Amor.









